Harry Soria y la reelección

28 de noviembre de 2015


En el marco del debate sobre las enmiendas a la constitución, me ha interesado leer algunas publicaciones académicas sobre la institución de la reelección. Por ello, revisé un artículo en el que se concluyó que los políticos son más proclives a no cometer actos de corrupción cuando tienen la posibilidad de reelegirse. La idea es razonable (1): si los políticos se tienen que ir de manera obligatoria del cargo, tienen menos incentivos para comportarse de manera honesta (2).

La conclusión del artículo me trajo de inmediato a la memoria un fragmento de aquel célebre discurso que León Febres-Cordero dio el 30 de septiembre de 1992 por cadena nacional. En esa intervención de casi 46 minutos en la que anunció el cierre del edificio municipal, Febres-Cordero informó de lo siguiente:


El alcalde Harry Soria (1991-1992) no corría para la reelección, por lo que no tuvo ni incentivos (ni escrúpulos) que le impidieran firmar 112 contratos con el 100% de anticipo por un valor de 4.000 millones de extintos sucres. Soria comprobó una hipótesis, en una escena tan surreal que parece sacada de un capítulo de los Simpson.

(1) Razonable si tomamos como medida de juicio el consejo de Spinoza de concebir a los hombres como realmente son y no como quisiéramos que fuesen.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

La contraloría presentó denuncia y se entabló un juicio ... el mismo que el Presidente de la Corte superior de Guayaquil oportunamente mediante providencia dictó el sobreseimiento definitivo y definitivo de la causa... es decir no existieron pruebas contra HS... además LFC nunca puso acusación particular en contra de HS... simples denuncias